El Dios que ella conoció

​

Conocer los nombres de Dios es fundamental para nuestra comprensión y aplicación del poder y la victoria que provienen de su naturaleza multidimensional. El verdadero nombre de Dios es elegido y revelado por Dios mismo. No le decimos a Dios quién es; el nos enseña quién es El. Dios tiene sus propios derechos de denominación, y esto es una señal de su autoridad soberana y poder infinito. Los nombres de Dios llevan su esencia, su carácter, su verdad y sus rasgos. Dios no puede evitar ser quien es. Él es inmutable, nunca cambia, no miente y cada palabra que ha prometido se ha cumplido y se cumplirá. Dios quiere revelarnos su nombre, Dios quiere que nos encontremos cara a cara con su significado y sustancia, esto lo vemos en Isaías 52:6 donde dice: “Revelaré mi nombre a mi pueblo, y vendrán a conoce su poder” sólo entonces podremos comenzar a comprender todo lo que Él hace y es para nosotros.

​

¿Cómo podemos decir que amamos, servimos y vivimos para Dios si no lo conocemos? No conocer a Dios en la majestad y autoridad de todos sus nombres paraliza nuestro propósito y corrompe sus planes. Por mi parte, me niego a que se escriban estas verdades sobre esta Tribu y esta generación.

​

“Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía al Señor ni la obra que había hecho por Israel” - Jueces 2:10.

​

“Mi pueblo perece por falta de conocimiento” - Oseas 4:6

​

Objetivos del Curso:

1. Aprender como Tribu Quién Es Dios a través de sus nombres.

2. Ver cómo crecemos en amor, gracia, verdad, poder y relación con Dios a través de sus nombres.

3. Mostrar a través de nuestras vidas la evidencia de los nombres de Dios a los demás.